viernes, 9 de septiembre de 2016

EL Malecón, el sofa de la Habana 2016

No me he pasado a Ikea no, pero es que esta definición me encanta. Y por otro lado en mi viaje de este año es de los sitios mas autenticos que quedan en Cuba.
Y es que los cambios que están teniendo lugar son lentos pero mareantes, y nada mejor que un sofa para sentarse a pensar, y parir estas fotografías y sentimientos de Cuba. ¿Vamos?
Para encontrarlo solo hay que seguir cualquiera de las decenas de calles que llevan al mar. Cruzar una estupenda avenida de varios carriles y evitando que te pille cualquier "almendrón" ó auto de época, llegar al mismo borde del mar.
Seguimos a la de los gluteos pro americanos y ya. Si los cambios son contundentes ó no es cosa de cada uno y su punto de vista. Desde luego con chanclas no se la puede pedir que corra, así es que lo que se cambie irá muy pasito a pasito. Aunque su acompañante lleve zapas de correr y quiera tirar de ella.
Los turistas normalmente empiezan la visita desde el principio y hacen una foto como esta donde se ve el muro que separa el mar-incluso robandole terreno a tramos, y la gran avenida que lo acompaña durante sus 8 km de momento. Digo esto porque desde que empezo a construirse en 1901 se ha demorado mucho por las interrupciones. Y la falta de pasta, de la de construcción y de la otra.
 También se puede hacer el recorrido en un auto de los 50 y si la música de reggaetón del taxista no lo impide escuchar de su voz la historia del sofá mas grande del mundo.
 Te dirán que es una enorme obra de ingenieria de hormigón aunque tu veas un sencillo muro gris y soso,  no demasiado grande ni con pretensiones de bellezón como muchos enamorados lo califican. Y mas si vienes de España por ejemplo conociendo cualquiera de nuestros paseos marítimos de cualquiera de nuestros litorales.
 Y esto es asi sencillamente, porque se hizo pensando en razones sanitarias de salud pública, porque entondes no existía el alcantarillado y todo el mundo en la Habana acudía aquí a tirar sus desperdicios. Incluso parece que había un hospital de infecciosos donde muerto el paciente se deshacían de sabanas y colchones arrojandolos al mar.
Y se habla de algún espabilado que rescataba lo deshechado al mar y lo lavava para revender creyendo que así desaparecía la infección. O sea que el panorama de insalubridad era grave. Además de que ganando algo al mar se alejaban las casas del mar tan cercano y no digamos en época de ciclones. Pero esto es historia y como está escrita la puede descubrir cualquiera.
Lo que no está escrito es el sentimiento que cada uno se lleva de la visita a este lugar. Estas jovenes mamás con sus retoños y toda la gente auténtica que lo ocupa siempre. Constantemente día y noche.
 ¿Donde vas a encontrar un vendedor de granizados como este. Aquel sabor intenso en hielo chorreante?. Esto es casi una plaza de pueblo hasta con estos vendedores y músicos solicitando la compañía y alguna moneda.
Ni las palmeras decorativas de la inauguración aguantaron mas allá del primer ciclón. Solo se notó inmediatamente la mejoría de la salúd de los habaneros y este balsamo impagable de pasearlo y reunirse a charlar ó solo sentirse acompañado.
Bueno, aunque alguna ayuda optica haga parecer que esten demasiado juntos,  ejem.
Son jóvenes y tampoco hay mucho mas para divertirse.
Por un lado solo está el mar. Y el mar así nada mas, no tiene mas que el rumor de las olas, el aroma y en los cayos el color del trópico, pero aquí no. Solo la inmensidad azul, y quizás soñar con Miami y los parientes que se fueron antes y los que se están yendo.
 Arriba un sol implacable y hoy, un día de Julio mas de 30ºC a la sombra. Y lo dificil que es encontrar mas sombra que la de las farolas. Encima está prohibido el baño por razones de seguridad y lo dicho antes.
Lo que siempre queda es el paraguas como sombrilla. Algo que me ha sorprendido por su abundancia formando parte importante de la "vestimenta" de muchas cubanas sobre todo.
 Se puede uno marcar paseos como el Morro que queda a la derecha. O la embajada de EE UU que queda en la otra dirección, por ejemplo.
Yo prefiero ir de pie en el asiento de un descapotable que me permite un angulo de visión mas amplio. Aparte de que les doy motivos a mis "modelos" para mirar.
Porque el encanto de este país mágico es la facilidad para entablar conversación con cualquiera. Se pasa del cruce de miradas al palique en menos que se dice. Y me encanta.
Tampoco todas claro. Que existe la tendencia entre los paletos que visitan el país de considerar a todas porque sonrien y hablan, jineteras en busca de fortuna. Y no, cuando alguien dice que no, es que no, como en España y como en cualquier parte.
Lo que hay también y tiene su encanto es mucho vacilón. Gente que hace de un momento anodino un signo de broma o provocación.

¿Este por ejemplo, hará que se tira por divertir al niño ó por provocarme el disparo?.  Pues le doy las gracias y hasta propina porque me ha proporcionado una composición estupenda.
Y seguro que estos chavales traman algo ante las chicas que se acercan para sorprenderlas ó ante mi, pendiente de la escena.
Alguno, muy pocos se la pasan lanzando anzuelos por si pica algo, aunque en la gastronomía local, de pescado nada. Y el caso es que la forma de ser de muchos pas es estar todo el día a ver que se pesca, ante la escasez de todo.
Y por si alguno se pregunta ¿y por la noche que?, me busco una ubicación mas alta en este mismo punto para captar la vida nocturna en la intimidad que da la escasez de luz y lo romántico de la noche calentorra y húmeda del trópico.
Me subo a la terracita privilegiada del Gran Hotel Nacional de la Habana y disfrutando de las vistas y una piña colada, disparo sin trípode a punto de desechar estas fotos complicadillas, que han requerido mas laboratorio de la cuenta.
¿Contesta esto a vuestra curiosidad?. De noche mas y mejor. Es como una de nuestras plazas de pueblo solo que en linea en cualquier noche de verano de hace...50 años. Por arriba las estrellas ó la luna, la brisa refrescante de la noche y la ocasión perfecta para darle a la sin hueso con quien te pille a mano.
Desde lejos solo rumores de risas y conversaciones, solo interrumpidas por el raeggetón insoportable de algún taxista a toda pastilla. Una gozadera, que diría alguno, sin litronas excesos de rebuznos ni ruidos de cristales ni broncas de nuestras plazas. Contemplad estas imágenes en silencio porque presiento que va a cambiar y no para bien precisamente.
A lo lejos las tenues luces de la Habana Vieja sin neones ni anuncios estridentes de momento. Y mas gentío conforme nos acercamos a una vida urbana nocturna al alcance solo de turistas y algún privilegiado por el turismo. Me da pena porque lo que cambie lo veremos desde el otro lado del mar y estando sin embargo tan unidos por infinidad de cosas.
Y aqui termino esta magica noche habanera tumbado en el muro y capturando la espuma que muere a la sombra del sofa. Continuará porque hay mucho mas que contar de sus luces y sombras. Que descanseis.


14 comentarios:

  1. Auténticamente extraordinario. El malecón y su vida, por supuesto, pero además lo es tu reportaje que refleja tanto su peculiaridad como su tremenda vida. Felicidades.

    Gracias y saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches Alfonso, precisamente en esta hora sale la magia a la calle y se deja caer por el Malecón. No hay donde ir y ellos saben que lo mejor es la gente y el relax del mar y su encanto. Esos momentos los jovenes los añorarán toda la vida como los que tuvimos que dejar en nuestros pueblos en otros tiempos. Gracias por tus palabras y un abrazo fuerte.

      Eliminar
  2. Pues quedo a la espera de más...¡Qué maravilla! Un reportaje hermoso y auténtico como tus modelos. Te felicito, Carlos. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches Mercedes. Tu que eres de tierra de patios y buscar el fresco de la noche lo entiendes perfectamente. Eso hay que vivirlo porque aqui se "ven" nuestros patios plazas y calles en la paz de la noche. Un beso y espera que tengo mas imágenes. Gracias

      Eliminar
  3. Auténtico, Carlos. Me haces recordar algun viejo momento bueno. Y eso que vine un poco quemado de allí. Pero la vida del malecón. Ayyyy!!. Y si, la noche habaners tiene magia.

    ResponderEliminar
  4. Muy buenas noches Viajero, si hay que tener mucho cuidado con las quemaduras solares, supongo que son las que dices, y el embrujo de la noche habanera efectivamente. Que desde luego no está en los sitios que nos tienen asignados al turismo. Que pena. Ya hablaré de esas quemaduras. Muchas grcias y un abrazo amigo.

    ResponderEliminar
  5. Hola, Carlos:
    Ya veo que te ha cundido el veraneo. Preciosas fotos, como siempre, pero además encantadoras. El mar azul, el mar de plata, el mar de noche. Y ese lugar de reunión en línea,que es el malecón. ¡Qué cuidados están los coches antiguos! Hay cosas comunes con nuestros pueblos y que mencionas: la reunión en la calle, aquí, en las plazas; y la conversación fácil con cualquiera. En los pueblos, que por la capital el número de antipáticos y las caras de cartón es elevado.
    ¿Qué tal después de sobrevivir al reguetón? No lo soporto, y eso que me gustan muchos tipos de música, pero no lo soporto.
    Gracias por compartirlo con nosotros. Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches Celestepv, es verdad lo de caracartón de tanto maleducado y estirado en la capital. Me molesta especialmente el caracartón con el te cruzas en un espacio reducido como ascensor, escalera ó pasillo de crucero u hotel y mira para otro sitio como si no te viera. No digamos si encima no responde a un hola ó un buenas noches. Encima si lleva pantalla, ya es el colmo.
      Al reggeaton le dedicaré mas espacio como otra vergüenza del pueblo cubano tan culto que lo prefiere a su musica universal clásica. Que pena. Gracias por comentar y un beso grande amiga

      Eliminar
  6. El Malecon! Que tremenda sorpresa me lleve cuando lo tuve enfrente...me habia imaginado un grandioso paseo maritimo palmereado y florido...
    El Malecon ha permitido amar, sonar, respirar a millones de cubanos apinados en sus palacios decrepitos de la Habana.
    El buen humor, la ironia fina, la gracia, la inventiva...todo lo transforma y lo hace vivible y esperanzado.
    Buenos recuerdos me traes. Gracias.
    Besos

    ResponderEliminar
  7. Buenas noches Rosa, cuanto tiempo. Que por cierto eres otra alegría del verano porque es cuando apareces. jajaja. Si, el Malecón es todo eso, pero teniendo en cuenta que falta la otra hacera, que estando tan "lejos del mar" va en capitulo aparte. Y como ha cambiado de la otra vez que estuve. Hay hasta cemento para obras y pinturas fijate. Se pusieron de gala para su mister Marsall y mira, algo han sacado. El cambio ha empezado. Un poco de aquella manera, pero se mueve algo. Ya aprenderán sobre turismo y otras cosas. Aunque en formación nos den varias vueltas.
    Un beso grande y hasta otro capitulo de este viaje. Gracias por comentar amiga.

    ResponderEliminar
  8. Como siempre, Carlos, me ha encantado este reportaje sobre el Malecón, las fotos son espectaculares, esos coches que llaman la atención, que me recuerdan tanto esas peliculas de antaño, esa gente maravillosa con la sonrisa siempre en los labios y ese olor a autenticidad, a serenidad, me recuerda las noches aquellas en la puerta de mi abuela, con apenas más luz que la de la luna y las estrellas... éramos felices bajo aquel techo oscuro, mi abuela y otra gente del pueblo habando y yo, siempre escuchando, empapándome del saber genuino de aquella gente que no tenían estudios pero eran licenciados en la vida.

    Pero me he ido por la tangente, quiero decir que me ha gustado mucho leerte, pero ya lo sabes, siempre me haces sonreir con tu manera de contar las cosas, tan auténtica, con tanto sentido. Espero que nos cuentes más cosas, será como conocer un poco Cuba a través de tus ojos.
    Un beso

    ResponderEliminar
  9. Buenos días Estrella, imagina que a aquellas veladas de antaño a la luz de las estrellas y si acaso de una bombilla que solo quitaba el miedo a la oscuridad, pero no alumbraba como estas de las fotos, le añades que la cultura de estos cubanos, a pesar del reggaetón es muy superior a la de entonces de nuestras calles...Evidentementa la gozada es mayor si tenemos en cuenta que su educación gratuita y mucho mejor alcanza a todo el mundo. Es decir que con menos te piensas puedes hablar de todo incluso de lo que ni te imaginas. Porque si, tendrán menos libertad de prensa y de información, pero eso les ha hecho agudizar la com`prensión de lo que pasa por el mundo aunque no lo entiendan mucho.
    Ni nosotros lo suyo tampoco dicho sea de paso. Pero si que siempre hasta se discute de buen rollo, como de quien sabe nadar y guardar la ropa. Total, un placer aunque ya empiecen a aparecer las pantallitas dichosas que los sacarán de su estado.Muchas gracias por el comentario y un beso grande amiga.

    ResponderEliminar
  10. Buen reportaje, Carlos. Consigues capturar esa atmósfera tan especial y tan dificil de explicar que tiene, en apariencia, ese simple muro de cemento. He disfrutado mucho y avivado muy buenos recuerdos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días Miguel, gracias por tu comentario. La verdad es que ante los calificativos exagerados de muchos viajeros me chocaba ver otra cosa tan diferente a lo que se describe generalmente, que había que retratar tal cual ese muro tan gris y triste tal cual. Hasta sin mar, y solo contar con la gente que lo vive. Y me alegro de traerte buenos recuerdos. Un abrazo colega.

      Eliminar