Ya hice otra entrada hace años cuando la tranquila Marrakech saltó a los medios con el atentado terrorista que se cargó 17 vidas inocentes de trabajadores del Argana y turistas, del que luego aporto una foto de como estaba antes. Casualmente ambas cosas en Abril.
La muralla que rodea la ciudad es un poco como nuestras relaciones de vecindad. Como de barro. Opacas, pero frágiles, como de barro seco con demasiado de seco, y un barro del que compartimos mas que con otras culturas. Sin embargo como solo tenemos ojitos para Europa, aquí solo pintamos algo después de mucho doscutir y en francés. Porque aquí se habla francés y si acaso español como de favor.
Esa es solo una de las diferencias con las ciudades del norte de Marruecos, donde se conoce mas lo español. Aquí el turismo suele ser de fin de semana ó algo mas, pero poco.
Aunque con la situación de violencia de grupos radicales, no se como será hoy en día.
Las fotos son de Julio del 2006. Demasiado calor, pero en su salsa en una ciudad preparada para eso, y mucha paz durante el día para recorrerla a pié y vivirla en rincones con encanto.
Eso si; si no les gusta ser fotografiados, ni te molestes. Solo se quedará en bronca, pero en su idioma suena muy mal, y es mejor evitarlo.
Eso si, que han hecho algo muy bueno por el turismo. Evitar los niños pedigüeños y plastas que acosaban hasta la desesperación al visitante. Ahora como mucho se ofrecen de guias y hasta puede ser útil contar con alguno, aunque mejor, adulto. La verdad es que mejor a distancia hasta de las cámaras.
Prefiero retratar a adultos, y de paso como en esta imagen mostrar la paleta de colores que mas abundan por estas latitudes.
¿Dirección prohibida?, aquí lo único "prohibido" es estar al sol si ya en la sombra se alcanzan los 50ªC. Mejor apiñarse en la mínima sombra y aguantar las temperaturas sin dejar nada de piel expuesto al solazo inmisericorde.
Sombras de palmeras y hasta paradas de autobús, son mejor sitio que plantarse bajo ese solazo que solo puede provocarnos un golpe de calor a los de otras zonas mas frescas.
Por cierto; aconsejo a los visitantes visitar los parques para soportar la calima y por el esmero de sus jardineros.
También estas mujeres animosas con cara universal de ir de rebajas ó por lo menos de compras, nos indican el buén camino...
Al zoco. Esa inmensidad laberíntica de callejones con sombra artificial que casi los deja en penumbras, y que nos parece ideal para perderse y mercar. Imprescindible regatear y dejarse sorprender sin hacer el guiri ni el listo.
De repente estamos en la edad media y las leyes del mercado no funcionan igual. En todos los sentidos es otro mundo, y hay que volver a mucho tiempo atrás y dejarse transportar, porque si no, nunca se captará la esencia de esta ciudad peculiar y uno pasará por ella como un pobre guiri sin sustancia.
De repente, cuando uno encuentra la salida de la penumbra, otro choque brutal con la luz cegadora y el ir i venir de gentes y vehiculos en todas direcciones en una gran plaza.
Un café al fondo con terrazas en varios pisos y un montaje de tenderetes y toda clase de enseres. Es la plaza de Jamaa el Fna
Corazón palpitante de la Medina y declarada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. Y aqui me quedo.
Y en la esquina opuesta, esa terraza del centro con arcos junto al minarete, que es la cafetería Argana donde una bomba de malnacidos sembró la tragedia unos años después de esta foto. Trabajadores del restaurante, clientes y turistas hasta 17 dejaron su vida como muestra del terror de extremistas islámicos.
Marrakech es una gran ciudad, con todo lo que el turista puede desear, y cualquiera descubrir en libros y guias turísticas, pero para mi; esta plaza es el corazón vivo de la ciudad sin duda. Lo que la distingue en el mundo entero y la hace destacar.
En cualquiera de sus cafés en la plaza y aledaños se puede uno pasar las horas siguiendo la vida como en otro tiempo en mercados similares pero no iguales.
Mejor acercarse a un carromato de naranjas y tomarse un zumo exprimido al momento.
Eso, y mas recomendable un té moruno típico con menta y azúcar calentito para combatir el calor y reponer fuerzas en un cafetín con vistas.
Y no menos interesante, ponerse en manos de estas mujeres artistas que de paso que pintan tu cuerpo con henna, te ponen al día de lo que mas te interese de la ciudad ó sus costumbres y normalmente en español. Suelen ser bereberes y te empiezan diciendo que el descubrimiento de la planta que utilizan para teñir, fué al ver que tenía propiedades refrescantes. ¿Refrescantes ? pues si, y en unos 10 días de lavados normales desaparece.
Desaparece como cada día desaparece el sol y empieza por arte de encantamiento ó milagro el fenómeno mas espectacular que puedas ver en este lugar tan cercano y tan lejano. Lo que atrae a tantos visitante y que como poco sorprende y te transporta a otro mundo. Ese patrimonio inmaterial que pocos sitios tienen reconocido.
Hasta la torre de la Kutubia "idéntica" a la Giralda, queda perdida en esas luces mas altas que se ven al fondo.
Esto es el mercado mas espectacular del mundo. En la noche, hay que reconocer que no apta para todos, se montan los puestos mas increibles de todo lo que se puede vender ó mostrar, contar, adivinar, amaestrar, etc. Todos los personajes de las famosas 1001 Noches están aquí, juntos y revueltos para tu admiración.
Lo que en el día era el color, en la noche encima se añaden olores y sabores. Especias y guisos y asados del país, la fritanga y la humanidad mezcladas con aromas ireeconocibles en los que uno nada literalmente. Exóticos pero no a humanidad, que sería de esperar.
Esas bombillas gordas y blancas indican puestos de comida que sabe muy rica a pesar de que uno pueda dudar de otras cosas. Claro. No se te ocurra pedir vino, ni nada que parezca alcohol. Yo me puse hasta arriba de té con menta y hasta me traje una buena remesa, como de otras hierbas medicinales.
Estos carritos de naranjas son permanentes en la plaza, y por el precio y calidad, por favor, olvidate de las Fantas. El agua del Atlas hacen el milagro con el sudor de los campesinos.
Y se hace todo a la vista sin trampa ni cartón.
Por cierto, algo "malo" había de tener la fiesta; los turistas de noche somos pocos. Ya dije que esto no es para todos, porque si no tienes la mente abierta, mejor el hotel, que los hay con encanto divinos de la muerte. Me refería a que si en el día los crios ya no acosan y molestas, por la noche los adultos fastidian un poco. Me explico..
Si ves un corro abigarrado y tratas de asomarte a ver el prodigio que se produce en el interior, te plantarán un cubo de plástico para que deposites un billete. Y por supuesto en plan plasta hasta que cedes como si fueras el único que paga el espectáculo, ó los mandas al pijo por no dejarte mirar y luego...si procede, dar propina. Es lo único que estropea el rollito. Así es que es fácil prescindir de ello, a no ser que pilles al artista antes de formarse el corro de "complices" . Y de fotos, ni pensarlo claro. Hace demasiado calor para meterse en broncas y enmedio de una multitud a oscuras.
Por suerte hay infinidad de rincones donde depositar la vista y disfrutar la noche y la madrugada. Escuchando, hablando, comprando, utilizando sus habilidades y viviendo en fin en un mundo que se termina. ¿O estamos volviendo a este mudo ?
Porque realmente lo que cuento en este reportaje es para verlo cada uno y contar su experiencia. Hay que hacerlo con los sentidos abiertos y sin prejuicios. Pensar que similar a esto ha ocurrido en nuestro país alguna vez ó parecido, y que desaparecerá ó volverá pero siempre enseña algo, si estamos dispuestos a aprender.
Y para terminar, la figura imponente del mejor guía de Marrakech. Posando majestuoso y altivo en el haren del Palacio de la Bahía, sobre el pavimento original con el toque de la comida para gatos de la mejor marca. El gato de la sultana, el único libre para rondar por todos los rincones de día ó de noche y conocer todos los secretos.