En Madrid, en pleno barrio de Chamberí te espera el museo mas visitado y simpático de los muchos que tenemos en la capital de España.
A lo mejor es porque nada mas entrar te recibe el artista en su jardín antes incluso de pasar por taquilla. Y con asientos por todas partes para que desde cualquiera descubras un rincon mejor que el anterior y descanses.
El sonido del agua te acariciará el oído a pesar de estar en pleno Paseo del General Martinez campos, que al no ser tampoco el "centro" de Madrid está un tanto lejos de las rutas turísticas. Ni te molesta ya el tráfico ni la avalancha turística propia del centro ni de los grandes museos. Acostumbra la vista a los personajes y las plantas, y piensa a que habitación maravillosa correspondera esa galería acristalada del fondo. ¿Divina no?
Pero recuerda que no hay prisa, los museos son aburridos y no te gusta nada ese olor a antiguo y los personajes serios que miran desde las paredes. Oye y que un cacho de jardín sevillano en este páramo de granito exterior es un lujazo. Por cierto Sorolla también pinto esta misma vista. Por algo sera. Si te llama la atención como pudo traducirlo con pinceles, ya empiezas a sentir curiosidad.
¿Quién será este señalando algo y con la atractiva cristalera otra vez al fondo?. Antes de ceder a la curiosidad puedes ir mirando http://museosorolla.mcu.es/ sentadito en el jardín a ver si se te pasa. Lo malo es que hasta la página web de esta casa museo tiene gancho y corre peligro tu idea de museo fúnebre y teatral.
Esta es la puerta de acceso al interior donde se entra ya a la casa del artista y donde has visto entrar en el rato de espera dos autobuses de escolares tipo parbulitos con sus seños.
Así es que si para ti era horrible un museo, encima con niños tan pequeños...como para salir corriendo. Pero el caso es que no se oyen ni gritos, ni alboroto, ni los adultos salen en estampida. ¿Que habrá dentro?
¿Pues que va a haber hombre?. De entrada los crios van con sus profesoras que son especialistas en tratar con cachorros, no las madres que crían princesitas y "yupis". Así es que van controlados y en silencio. Hasta escuchando embobados y tomando notas.
Claro que existe una guia especial para educadores, perfectamente encaminada a la enseñanza de niños, y que pueden usar padres si la piden. De esta manera ellos andan en sus apredizajes y exactamente al lado yo haciendo la foto de este rincón que también está en la foto anterior. Y que da idea del buén rollo y la convivencia entre todos.
Porque no he dicho aún que se pueden hacer fotos sin flash. Sin flash y sin molestar ni interrumpir nada claro. Normalmente se prohibe del todo, pero a veces como en este caso se consiente. Y lo primero es evitar en lo posible sacar caras y respetar en todo a los responsables de las salas.
La verdad es que andar con dificultades técnicas teniendo toda la obra hoy día en Internet, es un tanto absurdo a no ser "motivos" como este de invitaros a disfrutar de una mañana en Madrid. Porque son unas pocas horas y una gran satisfacción. Nada menos y nada mas
En realidad es una casa y museo a la vez. Clotilde, la esposa del pintor, donó generosamente la casa para museo de toda su obra, y eso es lo que es y siempre enriqueciéndose con mas obras. Estan sus muebles de trabajo, de ocio, sus objetos acumulados de sus viajes y su vida y...algo que puede aparecer en cualquier momento como es el alma de Sorolla.
Igual en esa ventana del piso superior dominando los dos pisos a la vez y mirando a la gente disfrutat en su casa y con sus cosas.
De todas sus cosas, porque el artista tiene eso; el y sus objetos y sus aficiones. Aquí no se ven solo cuadros, y no solo una muestra. Es una vida entera de éxitos internacionales y encima profeta en su tierra. Levante. Con esa luz increible e imposible para cualquier pintor que no sea él.
La luz que parece esperar eternamente esta mujer asomada a la galería. Y que solo el genial maestro supo pintar en sus escenas de playas levantinas de personas y animales.
Personalmente hubiera dado cualquier cosa por asisitir a una conversación sobre esa luz con su suegro magnifico fotógrafo, para quien, como todos los fotógrafos nos es tan imprescindible. Tendremos que seguir visitando museos a ver si mirando fotos y cuadros aprendemos algo. Esta es solo una de los varios miles que forman su colección.
Paredes deslumbrantes como esta con la tapicería tan clara de los sillones y las pinturas dan idea de donde reside la fuerza propia del gran artista. La luz. La del centro que es del jardín que hemos visto ciega de tanta luminosidad.
Tambien hay rincones mas intimos y evocadores donde quizás preparaba sus otras obras mas oscuras propias del país triste donde le toco vivir. Porque en realidad las obras con las que tuvo que arrancar su pasión fueron del gusto de la época seria en que empezaba a vivir de la pintura.
Y de nuevo niños y maestros disfrutando de la luz y el calor de hogar que da una casa habitada por un genio y la tremenda generosidad de su familia que la dió a Madrid para disfrute de todo el mundo.
De nuevo una figura humana nos invita a seguir la visita casi olvidados de que es un museo. Precisamente es la personalidad de la casa la que le da el encanto. Ya existe la posibilidad de comprar libros y guias al salir y desde luego de visitar la pagina web.
En la planta superior entra mas luz, en este caso se ve la escalinata de acceso a la casa y preciosas vistas del jardín. Lo que me recuerda que hace días que fué el dia de los museos y se pudieron visitar todos gratis. Y el fin de semana pasado "la noche de los museos" donde se pudieron visitar libremente soo hasta media noche y con una afluencia de público increible.
Y de nuevo un busto de D. Joaquín Sorolla saludandonos desde este mirador espectacular sobre su jardín. Si con este paseo por su casa no lo has conocido, es cosa de volver, porque estar, está. Es solo cosa de sensibilidad.
Tampoco hace falta salir corriendo, un ratito en ese banco de azulejos, repasando el libro que hemos adquirido, esta perfecto antes de salir a por las cañas y tapas de la zona. Madrid tiene eso; que depende como te lo tomes.