viernes, 29 de enero de 2016

MADRID con otro aire.

Hay que reconocer que este invierno 2015-16 está siendo atípico en Madrid.
Hay un cambio climático que pone los termómetros mas calientes de lo normal, y ni tenemos frío continental como el que procede en las fechas invernales, ni nieve y ni siquiera agua. El hielo ni se le espera.  Y hasta las hojas que deberían haber caído en otoño siguen en sus árboles tan campantes.
Esta foto y la siguiente son de un bar de carretera con el tejado de tierra cubierto de plantas.
En Noruega. Donde la naturaleza, es lo natural, valga ó no la redundancia.
El otro cambio importante en la capital del reino, ha sido el político. La gente ha votado en plan conservador inexplicablemente, y digamos que los progresistas se han dividido en partidos hasta microscópicos, incluso con desapariciones de alguno. Lo que casualmente da mas diputados en total y con muchos mas votos.
Pero como la ley electoral "hay que cambiarla" pero no se cambia, se sigue cometiendo la injusticia a sabiendas que no se si será prevaricación, pero es lo que hay.
 Estas fotos corresponden a las abuelas de las primeras. Viviendas de los feroces vikingos, de troncos de madera, a veces sobre cimientos de piedra, con techos de troncos y cubiertas de corteza de abedul. Que como perfecto repelente de agua dejaba la vivienda aislada del agua que empepaba la tiera.  Y que se convertía así, en un aislante perfecto.
Las fotos-casi todas-son del mes de Julio, osea pleno verano escandinavo, del que ya publique otras imágenes de fiordos y de barcos.
Pero estamos ya en España, pasada la Navidad, y los políticos no se ponen de acuerdo en contar votos y formar gobierno, ni en formar siquiera oposición. Y la casa sin barrer claro.
Y con estos mimbres y los casos de corrupción del gobierno actual, el pestazo a podrido y mierda ya inunda hasta lo insoportable. Mafiosos sonrientes pasan por los plasmas sin inmutarse y el dinero del saqueo sigue esperando a sus ladrones en paraísos fiscales.
Por eso; cuando escondida entre las noticias de los diarios, se lee que la nueva alcaldesa de Madrid va a sanear el aire de los madrileños, uno siente de repente que sus oraciones han sido escuchadas.























Como ese silo sobre pilotes similar a nuestros horreos, parece que la cordura se impone en un sector olvidado desde que el megalómano Gallardón arrasó los árboles de su faraoniquez especulativa. Y ayudo, claro a la boina que cada temporada jode mas a los asmáticos y a los que tengan problemas respiratorios ó muchos años simplemente.
Seguo que este jardín vertical, tesoro del paseo del Prado, yo, y unos cuantos mas nos alegramos de las promesas de la edil de multiplicar estos, fomentar la jardinería, y hasta aprovechar solares inmundos en hacer huertos de ocio. Ojala Dios los crios de camino al cole público se enteren de donde salen las frutas y verduras que consumen en casa, y como se cultivan.
 Lo primero será suprimir esos bancos antimendigos vergüenza de meapilas fascistas, que odian ver a gente tumbada porque "ensucian" el paisaje urbano.
Estos en un parque de Oslo, descansan sin que ningún mafioso les aplique leyes de vagos y maleantes ni leyes embudo, ni mordazas en la capital mas cara de Europa.
 Por cierto que estos y yo mismo, estamos en la pradera del palacio real de Oslo residencia real de los reyes de Noruega. Donde me casqué una roncadísima siesta de antología sin mas "ostáculos" entre la entrada al palacio y yo, que un guardia.
La noticia esta me produjo una sensación tan natural, ingenua y divertida, como cuando tomando unas birras en esta terraza pregunté ¿quien se ocupaba de mantener el tejado en buenas condiciones?
Me dijeron: toma la cámara y alejate mirando al tejado.
¡ Cabras !. Solo a una mentalidad tan practica se le ocurre mejor cortacesped. efectivamente, las cabras se ocupan de mantener controlada la pradera natural que se forma. Y lo hacen muy bién, no penseis que las sombrillas son por si se caen.
La verdad es que una bocanada de aire fresco es vital. Las plantas son lo único que nos queda capaz de producir oxigeno, sin el que la vida es imposible. Y la noticia desapercibida me reconcilió con la "humanidad".
Pasa lo mismo que contemplándo estas casitas de cuento perdidas entre praderas y bosques, que nos hablan de naturaleza y vida salvaje.
Uno se imagina a los tranquilos, pacíficos y herméticos habitantes del norte, entre sus huertos y animales, olvidados del dinero y de nuestra vida artificial.
Tienen un dicho, que mas ó menos aconseja cuidar siempre el camino que conduce a la casa de los amigos para que no crezca la hierba.
 ¿No es genial?
Pues así es la vida, con una buena,  entre muchas malas noticias, pero siguiendo la vida y tratando de mejorarla.
¿Quien iba a pensar que de dentro de estas casitas de cuento saldrían los terribles y sanguinarios vokingos que asolaron lo que entendemos por Europa y hasta América?
Y sin embargo hoy, nos reciben maravillosamente en hoteles como este con naturaleza dentro. y un respeto por la misma y los animales que con razón se considera esta parte de Europa la mas civilizada ahora.
Y comiendo y departiendo con los coleguis en el comedor-hall, nos acordamos de aquella envidia que empezaba hace años del socialismo sueco al que nos queríamos parecer. Y al que ni por asomo hemos llegado nunca.
Pero no estropeemos estas idilicas imágenes con el compadreo actual y terminemos con esta preciosidad de jardín colgante de nuevo en pleno otoño. Y recordando que hay tres mas en Madrid. Uno en un hotel en Santo Domingo, y otro enorme en una de las cuatro torres de la Castellana. ¡ Mas zonas verdes !