La peimera con un autorretrato en el lecho marino que deja la bajamar.
Y aqui dejandose mecer por la brisa en el barquito entre el mar y la montaña, con un puente que lleva siglos uniendo las dos orillas. "Uniendo", palabra rara hoy donde los lazoa parece que atan mas que enlazan.
Y la gente, ó mejor el gentío. Turistas que nunca son demasiados y lo mas que molestan es en alguna foto.
Casas, casas con magia de siglos donde hoy todavía vive gente. Donde las plantas son de verdad y se cuidan como tesoros a pesar de tener los campos como jardines paisajistas.
Como el color de las vestimentas molesta y no aporta nada, lo elimino y dejo la imagen en blanco y negro.
Así de paso detengo el tiempo y me imagino la atmosfera de hace siglos.
Un lavadero de ropas en mitad de una calle, para un pueblo entero. Piedra y madera.
La gente camina alucinada y con cuidado por el piso tan irregular, y solo destacan los gritos y carreras de chicos y chicas en excursión escolar.
En la escalinata de la iglesia los chavales entregan los trabajos, y los maduros recuerdan otros tiempos y otras tecnicas didacticas.
Desde la iglesia la calle principal, ancha y bién pavimentada como corresponde, y la gente que no falte.
La trasera del templo que no desmerece nada de la fachada principal.
Palacios y casonas que denotan ciudad principal con mucho blasón y escudo.
Detalle de los tejados y aleros que alejan tanta agua de lluvia de las casas.
Y por encima de los tejados, siempre el verde de las montañas. El tono teja repetido en todas direcciones y al fondo el campo como un vergel.
Y volviendo a las calles, una sugerencia para hacer fotos donde la persona se integra en el paisaje sin obstaculizar su visión y menos su ambiente. Pueden ser conocidos ó desconocidos pero de lo que se trata es de que inviten a recorrer el callejón en este caso.
El exceso de tiendecitas en los bajos para explotar comercialmente el arte urbano obliga a veces a levantar la camara par centrarse en lo auténtico. Esta amputaion de la base de la foto, molesta como poco, pero tanta "boutique" aburre y molesta. Y no solo aquí, sino en toda zona turística que se pasa de consumista.
También hay que hacer postales tipicas, y esta es obligada y quizás demasiado vista, pero imprescindible.
Y de repente otro modernismo de Gaudí, que no solo en Barcelona trabajó el artista.
El clima permite, y buena envidia que da, el hacer jardines en dos metros cuadrados.
Y contrarrestar así el cielo gris casi permanente.
Solidos refugios de altos muros para defenderse del temible mar en sus temporales.
Y muros tan altos, que por querer alcanzar el Cielo se tienen que sostener de milagro.
Y lo que a mi me impresiona mas, que es ese ambiente, ó esa sensación que es propia solo del gótico.
La teatralidad. Da hasta miedo lo que pueda surgir de ahí. Yo creo que es de lo mas grande que se ha hecho nunca en "publicidad".
Santa Maria de la Asunción se llama. Y personalmente es suficientemente impresionante para dedicarle una visita.
En Castro Urdiales, donde se alza imponente en lo mas alto y casi rodeada de mar.
Y llegado a estas vistas, me doy cuenta de quizás, el exceso de piedra en este post. O a lo mejor es porque piense que la humanidad lleva miles de años en la edad de piedra y muy pocos en esto de los materiales artificiales.
Y en epocas turbulentas como las de este otoño, uno necesita refugiarse en ese medio natural, a la solidez que tiene y a la vez a lo que representa de madre naturaleza.